lunes, 15 de septiembre de 2008

NO TE METAS EN MI VIDA !!!

Recordaba una ocasión en que escuché a un joven decirle a su padre:
NO TE METAS EN MI VIDA !!!
Ésta frase caló hondamente en mí. Tanto, que muy frecuentemente la recuerdo
en la relación de padres e hijos, y me imaginaba yo siendo aquel padre y lo
que le respondería a mi hijo.
HIJO, YO NO ME METO EN TU VIDA: TU TE HAS METIDO EN LA MÍA !!
Hace muchos años, gracias a Dios, y por el amor que mamá y yo nos teníamos,
llegaste a nuestras vidas, ocupaste nuestro tiempo. Durante casi tres meses>mamá se sintió mal, no podía comer, todo lo que comía lo vomitaba, y tenía
que guardar reposo. Yo tuve que repartirme entre las tareas de mi trabajo y
las de la casa para ayudarla.
Ya no podíamos ir a todas las reuniones, no frecuentábamos tanto a los
amigos; de hecho dejamos de ver a muchos de ellos por no poder compartir su
vida social y sus salidas.
Los últimos meses de embarazo, antes de que llegaras a casa, mamá no dormía
y no me dejaba dormir. Yo tenía que despertar temprano para ir a trabajar;
sin embargo me esforzaba por ser paciente y ayudar a mamá a que se sintiera
mejor, para que estuvieras bien.
Los gastos aumentaron increíblemente, tanto que gran parte de lo nuestro se
gastaba en ti: En un buen médico que atendiera a mamá y la ayudara a llevar
un embarazo saludable, en medicamentos, en la maternidad, en comprarte todo
un guardarropa. Mamá no veía algo de bebé que no lo quisiera para vos: una
cuna, un moisés, todo lo que se pudiera con tal de que tú estuvieras lo
mejor posible.
. . . NO TE METAS EN MI VIDA?
Naciste un día de sol radiante.
La primera noche dejamos de dormir. Cada tres horas como si fueras una
alarma de reloj nos despertabas para que te diéramos de comer, otras te
sentías mal y llorabas sin parar, y te acompañábamos angustiados por la
inexperiencia y el no saber qué te estaría pasando.
. . . NO TE METAS EN MI VIDA?
Llegaron las enfermedades de la niñez y la dedicación completa hasta que te
curaras. A veces semanas enteras sin salir a la calle para atenderte. En
alguna ocasión, mamá ya estaba arreglada para ir a alguna reunión (después
de meses de no salir), yo estaba a punto de pasar por ella y me llamaba:
cambio de planes, el bebé tiene temperatura, no podremos ir
. . . . NO TE METAS EN MI VIDA?
Empezaste a caminar, yo no sé cuando he tenido que estar más detrás tuyo,
si cuando empezaste a caminar o cuando creíste que ya sabías. Ya no podía
sentarme tranquilo a leer el diario o a ver el partido de mi equipo
favorito, porque en el momento menos pensado, te perdías de mi vista y
tenía que salir detrás de ti para evitar que te lastimaras.
. . . NO TE METAS EN MI VIDA?
Todavía recuerdo el primer día de clases, cuando tuve que llamar al trabajo
y decir que no podría ir por que en la puerta del colegio te negabas a
entrar y no me soltabas, llorabas y me pedías que no me fuera. Tuve que
entrar contigo a la escuela y pedirle a la maestra que me dejara estar a tu
lado ese día en el salón para que fueras tomando confianza. Después, de
tanta confianza que tomaste, te olvidaste de mi: la mayoría de las veces no
sólo ya no me pedías que no me fuera, te olvidabas de despedirte cuando
bajabas del auto corriendo para encontrarte con tus nuevos amiguitos.
. . . NO TE METAS EN MI VIDA?
Comenzaron las notas en tu cuaderno: no hace caso, es indisciplinado, pelea
con los demás, no cumple con sus tareas. Y yo pagaba para que asistieras.
Fuiste creciendo y así crecieron las travesuras, al extremo que más de una
vez día tuve que suplicar que no te expulsaran.
. . . NO TE METAS EN MI VIDA?
¿Te acordás de las quejas de los vecinos? Rompieron un vidrio de mi casa
con la pelota, tiraron cascotes de barro a mi auto.
Seguiste creciendo. Apenas tenías 13 y ya querías ir a todas las fiestas.
Nos dormíamos a la medianoche y poníamos el despertador para ir a buscarte
a la madrugada. No querías llegar temprano a casa, te molestabas si te
marcábamos reglas, no podíamos hacer comentarios acerca de tus amigos sin
que te volvieras contra nosotros, como si los conocieras a ellos de toda la
vida y nosotros fuéramos unos perfectos desconocidos para vos.
. . . NO TE METAS EN MI VIDA?
Constantemente mamá tuvo que estar acomodando las mismas cosas de tu cuarto>(incluso fuera de el), pues nunca aceptaste mantener el orden.
. . . NO TE METAS EN MI VIDA?
Han pasado años de colegio y las notas son cada vez peores. Hay que ir a
hablar con los profesores, porque estás en peligro de repetir el año. Y la
conducta es cada vez peor.
. . . NO TE METAS EN MI VIDA?
Sin duda a esta frase y a mi reflexión, cada uno de ustedes, papás, pueden
añadir grandes anécdotas, pueden corregir y aumentar y hasta cambiar el
sentido, pero no quiero ni imaginar qué hubiera pasado si ustedes hubieran
decidido no meterse en la vida de sus hijos.
Seguramente algunos de ellos no estarían aquí. Tampoco si sólo se hubieran
metido inicialmente y luego hubieran abandonado la tarea de alimentar, de
educar, de cuidar; etc. Muchos hijos no habrían logrado ninguna meta a
pesar de sus esfuerzos.
Si los papás no se metieran en lo que hacen, a dónde van y con quien, quizá
muchos ya no estarían entre nosotros, o estarían en un hospital o presos de
algún vicio.
Pero estoy seguro de que ante estas palabras
. . . NO TE METAS EN MI VIDA.,
podemos responder juntos: HIJO, YO NO ME METO EN TU VIDA, TU TE HAS
METIDO
EN LA MÍA. Y TE ASEGURO QUE DESDE EL DÍA QUE NACISTE, HASTA EL DÍA DE HOY,
SOY EL HOMBRE MÁS FELIZ.
Papás gracias por meterse en la vida de sus hijos, porque gracias a ello
ahora podemos verlos realizados en una etapa más de su formación.
Sólo los padres que saben meterse en la vida de sus hijos logran hacer de
éstos hombres y mujeres de bien.
PAPÁS: ¡¡MUCHAS GRACIAS!!
Y para los hijos: VALOREN A SUS PADRES, SI ELLOS NO SON PERFECTOS, USTEDES
MUCHO MENOS. SI NO LO CREEN ASÍ, ESPEREN UN POCO A QUE LLEGUEN LOSCRÍTICOS
MÁS IMPLACABLES DE ESTA VIDA: . . . SUS PROPIOS HIJOS.


Autor: P. Carlos E. García Llerena CJM

No hay comentarios:

Festival Vieja Iglesia de Galvez

Festival Vieja Iglesia de Galvez
Consultar con RENE STIEFFEL